Juan Cristóbal

El escultor Juan Cristóbal González de Quesada, conocido como Juan Cristóbal en el mundo del Arte, nació en Ohanes (Almería) el 25 de mayo de 1897 y murió en Cadalso de los Vidrios (Ávila) el 19 de septiembre de 1961. Se formó como escultor en Granada, realizando sus primeros estudios en la Escuela de Artes y Oficios, donde fue alumno de Nicolás Prados. Logró una beca del Ayuntamiento de su pueblo natal, y ello le permitió marchar a Madrid; en 1913 trabaja en el taller de Mariano Benlliure, y durante ese periodo entrará en contacto con otros artistas y con personalidades del mundo periodístico. En 1917 obtuvo Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes, pero su consagración pública se produjo algunos años después, al obtener en 1922 el primer galardón, que volvió a conseguir en la de 1927.

En 1931 realizó para el Círculo de Bellas Artes de Madrid la Sibila Casandra, en la que dejó plasmada su concepción estética, basada en la mezcla de lo nuevo y lo tradicional. En 1958 expuso su obra en la Biblioteca Nacional de Madrid, y en 1972, en el Círculo de Bellas Artes, se volvió a exhibir su producción. En 1984 Granada organizó en su honor una exposición antológica en el Palacio de Carlos V de la Alhambra.

Su obra ha sido considerada como un producto surgido del conocimiento de variadas tendencias: de un lado, la tradición clasicista, con ecos del helenismo y del cuatrocentrismo italiano, aprendido en los libros de arte, pues no llegó a viajar a Italia; de otro, las creaciones contemporáneas, en especial las de Bourdelle y Maillol. Se interesó tanto por el bronce como por la piedra y la madera, a la que supo rescatar del ámbito estrictamente religioso en el que se había movido hasta entonces., utilizándola con valor profano. La mayoría de la crítica reconoce que sus retratos son los mejores exponentes de su quehacer artístico.

Fue artista cultivador de todos los géneros, si bien se dedicó con especial interés al retrato y a la escultura monumental. A él se deben los monumentos a Ángel Ganivet y Manuel de Falla, ambos en Granada, y la monumental escultura ecuestre del Cid Campeador de Burgos; en Salamanca hizo el monumento al poeta José María Gabriel y Galán, y en Córdoba, el dedicado al pintor Julio Romero de Torres.

Los últimos años de su vida transcurrieron en la población abulense de Cadalso de los Vidrios donde había establecido su residencia y taller. A la muerte del escultor se tomó el acuerdo de transformar la vivienda y el taller en un museo dedicado al artista.

El contenido de esta biografía incorpora material del libro Los andaluces del siglo XX de la colección Arca del Ateneo, escrita por Alberto Villar Movellán.